Mi madre es una zorra, además de estar muy buena, así que no me quejo. Cada vez que le apetece, aparece en mi habitación vestida con lencería que realza sus enormes pechos, se sube encima de mi cama como una gata en celo y me despierta comiéndome la polla. A veces me la follo, y otras veces solo me dejo hacer hasta que me corro.
La zorra de mi madre me despierta comiéndome la polla
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